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Las instalaciones de Frutos Secos Bonany están ubicadas en la carretera de Petra a Santa Margalida y ayer por la mañana, a primera hora, sus encargados descubrieron el asalto.

Unos desconocidos habían accedido al interior durante la madrugada, tras desmontar parte del techo de uralita para que no saltara la alarma. Los afectados, sin demora, se pusieron en contacto con la Guardia Civil y no tocaron nada para no entorpecer la investigación. Los agentes de la Benemérita inspeccionaron la nave y llegaron a la conclusión de que los hampones entraron tras forzar una rejilla exterior. De ahí saltaron a unos silos próximos, que están a una altura considerable, y luego se encaramaron al techo. Amparados en la oscuridad fueron levantando algunas placas de uralita y finalmente se descolgaron hasta el falso techo, que quedó deformado debido al peso de los ladrones.

Cuando los responsables del negocio revisaron el interior no echaron a faltar nada y todo parece indicar que los delincuentes se dieron a la fuga porque pensaron que habían sido descubiertos. En este sentido, tampoco se descarta que detectaran a una patrulla de la Guardia Civil en las inmediaciones, ya que la Benemérita de la zona de Manacor controla cada noche las zonas «calientes» susceptibles de sufrir «butrones». Sea como fuere, los asaltantes se dieron a la fuga sin obtener botín alguno, aunque ocasionaron daños materiales. Miquel Vidal, el comercial de la empresa, explicó ayer que hace algunos meses ya sufrieron un robo, si bien en esa ocasión los desperfectos fueron más cuantiosos que el importe del asalto, ya que sólo se llevaron un teléfono móvil.

De momento no se ha aclarado quién entró en Frutos Secos Bonany ayer de madrugada, pero los datos apuntan a un grupo de kosovares que llevaba días merodeando en un coche de alquiler por las inmediaciones. Al menos en tres ocasiones comieron en un restaurante muy próximo y recientemente visitaron la nave con la excusa de comprar «pipas y pistachos».