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JAVIER JIMÉNEZ-PEP MATAS
Marc Leman, el presunto homicida de Andrea Budach, ya está en libertad, dos meses después de que la Guardia Civil le detuviera y le imputara el crimen de su ex mujer, cometido en 1998.

El abogado del acusado alemán había pedido al magistrado del juzgado de instrucción número 10 de Palma, que instruye las diligencias por la desaparición y muerte de Andrea, que adoptara esta medida al considerar que el delito de homicidio imprudente ha prescrito y ahora el juez se ha pronunciado y ha accedido a la petición. Marc salió de la prisión de Palma hace pocos días y la medida cautelar, que no implica que se archive el caso, ha causado cierta indignación en la Comandancia de Palma. La Policía Judicial de la Guardia Civil investigó el caso a instancias del juzgado de instrucción número 10 y tras conseguir unas intervenciones telefónicas en las que Marc Leman hablaba de aquellos acontecimientos de 1998 fueron estrechando el cerco entorno a él y sus cómplices. Al menos cinco personas -su novia, su padre y allegadossabían que Andrea no había desaparecido, sino que su cadáver yacía en el fondo de la Bahía de Palma después de que Marc lo decapitara y lo metiera en una nevera. El ex marido, agobiado por los remordimientos y por años de angustia, confesó finalmente el crimen, pero matizó que Andrea había muerto de forma accidental. Según esta versión, Paloma A. (la compañera sentimental de Marc cuando se cometió el crimen), el acusado y Andrea, que había viajado a Mallorca para celebrar el cumpleaños de su hijo, riñieron en una casa y en un momento dado la alemana recibió un tirón en el pelo y cayó, golpeándose la cabeza contra una silla. Se desnucó mortalmente y el ex marido y su novia decidieron esconder el cadáver. Luego, mutilado, lo arrojaron en una nevera a la bahía, atado con unas cadenas a un ancla, para asegurar que se hundía. El piloto de la lancha era el padre de Marc, que no quiso inculparlo.