Los bomberos rescataron con una escalera mecánica a las personas que habían quedado atrapadas en el piso. Foto: ALEJANDRO SEPÚLVEDA

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A pesar de tener sólo siete años, Alex fue lo suficientemente inteligente para saber lo que tenía que hacer cuando se incendió la vivienda en la que estaba junto a otros dos niños, de ocho meses y tres años, a quienes salvó del fuego y el humo. Todos ellos son de nacionalidad ecuatoriana, al parecer primos, y se encontraban ayer por la tarde en un primer piso del edificio que está ubicado en el número 16 de la calle Alferez Gralla Lladó, al cuidado de la madre del bebé, de 17 años, y el compañero de ésta.

Alrededor de las 18.00 horas, el niño de tres años estaba jugando en una sala con un mechero y provocó un incendio, que en pocos segundos se extendió por toda la habitación. Los servicios de emergencia empezaron a recibir llamadas de forma continua debido a la gran humareda que salía de la vivienda, que tiene unos 70 metros cuadrados.

Silvia, la madre del bebé, saltó desde el balcón hasta el del vecino de al lado y se desmayó debido a los nervios. Alex, el niño de siete años, cogió al bebé y al otro menor de tres años y los llevó a la parte posterior del piso, donde hay una gran terraza. Allí estaban a salvo y los bomberos los encontraron en una esquina cogidos de la mano cuando llegaron. El compañero de la joven pudo salir del piso por su propio pie.

En pocos minutos llegaron hasta el domicilio un gran número de patrullas tanto de la Policía Local de Palma como del Cuerpo Nacional de Policía, así como una decena de bomberos del parque central de Son Castelló y miembros del 061. Los bomberos sofocaron el fuego, que destruyó la sala en la que se inició. El humo afectó a todo el primer piso y también alcanzó al segundo. En la planta baja hay un local comercial que también resultó afectado por el incendio.