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En otros, sin embargo, sus edades correctas figuran en los pasaportes y, como ha ocurrido en las dos operaciones de la UCRIF y del Grupo contra el Crimen Organizado, se ha comprobado que cuando han sido trasladadas a un club, en un caso el propietario las ha rechazado por su minoría de edad, aunque después han encontrado trabajo en otro o en casas particulares. Este es un asunto que está siendo objeto de investigación por parte de los dos grupos citados, al tratarse de ciudadanas extranjeras y de delitos relativos a la prostitución.

Las menores son captadas por las redes en sus países de orígen y cuando son detectadas por la policía se hace complicado saber si han venido engañadas o por su propia voluntad. Quizás, la mayoría de chicas extranjeras menores de edad que llegan a la Isla para prostituirse proceden de Rumania. Un país donde una menor puede entrar o salir libremente si tiene el pasaporte, que se puede conseguir a partir de los 14 años y mediante el pago de entre 200 y 300 euros. Las organizaciones captan a estas menores en locales de ocio o discotecas, y les prometen comprarles el pasaporte y un trabajo bien remunerado en Mallorca.

Las redes de rumanos ni tan siquiera se molestan en falsificar el pasaporte una vez en la Isla. Les retienen el documento y las llevan directamente a clubes. Ahí entra ya la perspicacia del propietario del local que, si sospecha que se trata de menores solicita la documentación a los responsables de la red, puesto que es consciente de que si la policía la encuentra en su local le acarrea la detención inmediata. Entonces, se han detectado casos en los que los rumanos lo que hacen es falsificar la fotocopia de una carta de identidad, pero en la mayoría de casos las llevan a trabajar a pisos privados o lo intentan en otros clubes. Por contra, las redes de albaneses utilizan otro sistema. Cuando captan a la menor le consiguen un pasaporte falso en el que se modifica la edad.