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Modou Kebe, el ciudadano senegalés que fue detenido el pasado miércoles por la policía tras un altercado frente al edificio de la Jefatura en Palma, aseguró ayer en una rueda de prensa que fue agredido por los agentes. Kebe explicó que acudió a la cola sobre las 01.30 horas de la madrugada del miércoles para conseguir uno de los 50 números que diariamente conceden para la renovación del permiso de residencia. Según afirmó, a la mañana siguiente otro grupo de inmigrantes presentó a la policía una lista de nombres diferente a la que correspondía, y decidió quejarse a los agentes. Sin embargo, siempre según su versión, éstos le insultaron y comenzaron a agredirle.

En este momento llegó hasta el lugar Carmen Ortega, una mallorquina que pasa cada día delante de la Jefatura y que observó un tumulto. Al acercarse vio al ciudadano senegalés en el suelo, rodeado de dos policías antidisturbios. Los agentes lo levantaron y se lo llevaron hasta el garaje del edificio, donde la mujer aseguró haber escuchado gritos y alaridos, mientras uno de los agentes pretendía cerrar la puerta. La mujer decidió entonces denunciar los hechos en comisaría y, posteriormente, ante el juzgado de guardia.

Pep Juárez, presidente de la Plataforma per la Democràcia i la Globalització Social de Balears, calificó los hechos de «gravísimos» y mantuvo que Kebe permaneció durante más de 24 horas detenido sin recibir comida ni asistencia sanitaria. Juárez se comprometió a prestar «todo el apoyo jurídico y moral» a Kebe y criticó duramente la actitud de algunos medios de comunicación que, en su opinión, han hecho aparecer al agresor como agredido. Juárez afirmó que «los medios veraces y objetivos son la fuente de una democracia sana» y recordó que «la policía no está para agredir sino para proteger».