Imagen del piso de Leganés en el que se inmoló «El Chino», junto al resto del comando.

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JAVIER JIMÉNEZ-TORRES BLASCO
Desde hace dos meses la Brigada General de Información investiga con quién contactó Jamal Ahmidan, alias «El Chino», durante su estancia del pasado 4 de marzo en Eivissa. En las últimas horas, estos expertos de la lucha antiterrorista se han desplazado hasta aquella isla para detener a Younes Alouia que tenía relación con el «cerebro» de los atentados, según confirmó ayer este periódico en fuentes policiales de la Dirección General.

En el operativo, que se ha llevado a cabo con gran discreción y hermetismo, han participado los citados efectivos de Madrid, la Brigada de Información del Cuerpo Nacional de Policía de la Jefatura de Palma y la Comisaría de Eivissa. La Audiencia Nacional, a raíz del sumario abierto por los atentados del 11-M, es quien ha ordenado la detención del magrebí, al considerar que existen indicios más que suficientes para probar su relación con «El Chino». Ramón Socías, el delegado del Gobierno, confirmó ayer este extremo, pero no pudo facilitar muchos datos sobre el operativo porque se trata de una detención judicial relacionada con el 11-M. Sin embargo, Socías explicó que el presunto implicado iba a ser trasladado hasta Madrid para que prestara declaración en las próximas horas ante la Audiencia Nacional.

En cualquier caso, el secretismo que impera en este caso ha impedido conocer cuáles son las acusaciones exactas contra Younes Alouia y si tuvo algún papel en los sangrientos de Madrid. De momento, sólo se sabe que se relacionó con Jamal Ahmidan. «El Chino» viajó a Eivissa para cerrar una operación de venta de hachís, con la que se financió en parte la adquisición de explosivos para el 11-M, y durante el poco tiempo que pasó en la Isla es probable que se reuniera con el marroquí que ha sido arrestado ahora.

Jamal estaba considerado como el lugarteniente de Serhane Ben Abdelmajid, apodado «El Tunecino» y que para la policía era el jefe del comando que planificó la masacre en la capital de España. Los dos terroristas, y otros cinco activistas islamistas, se atrincheraron en un piso de Leganés después de ser descubiertos por los Geos. Cuando vieron que estaban acorralados, sin escapatoria posible, hicieron estallar las cargas explosivas que habían escondido y murieron todos ellos y un policía nacional.