Los compañeros del turista fallecido no daban crédito a lo ocurrido. Foto: JOSEP MARIA SASTRE

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Marc Ziegeweidt llegó a Son Sant Joan el lunes por la mañana, con un grupo de 60 compañeros de clase, dispuestos a celebrar por todo lo alto en Mallorca que habían finalizado el curso escolar en su país.

Y para no perder tiempo ya por la tarde comenzaron a consumir alcohol. Estaban alojados en el Hotel Luna, en la calle Castellet de Cala Rajada, y Marc, de 19 años, discutió con una amiga de la que estaba enamorado. Esa circunstancia provocó que siguiera bebiendo de forma compulsiva, al igual que sus acompañantes, y pasadas las tres y media de la madrugada los estudiantes regresaron al establecimiento hotelero. Marc ocupaba una habitación en el segundo piso con un compañero y cuando llegó se asomó por el balcón, cuya barandilla tiene menos de un metro de altura.

Como suele ocurrir trágicamente en estos casos, la euforia llevó al joven a sacar medio cuerpo por el balcón, con consecuencias fatales. El turista se precipitó desde unos cinco metros de altura y cayó en mala posición. La hora exacta del accidente se desconoce, ya que su compañero de habitación iba tan borracho y cuando llegó al cuarto se tiró sobre la cama y quedó dormido de forma fulminante. El resto de muchachos que salieron con ellos también estaban tremendamente beodos, y nadie vio nada. Un médico del 061 intentó reanimar a la víctima, durante veinte minutos, y al final certificó el óbito.

La Policía Local de Capdepera acudió en primer lugar al hostal y luego la Policía Judicial de la Guardia Civil de Manacor se hizo cargo de la investigación. Los agentes tomaron declaración a los amigos de Marc y al personal del establecimiento, para aclarar las circunstancias de la caída mortal. Sus compañeros de clase, ayer por la mañana, no daban crédito al drama. Habían llegado para pasar unas vacaciones hasta el día 31 de este mes y a las pocas horas de su llegada uno de ellos ya estaba muerto.