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La pelea se inició en un bar ubicado en las proximidades del convento de Artà, cuando un grupo de cuatro marroquíes tuvo un roce con otros cuatro ecuatorianos.

El motivo de la disputa inicial no ha trascendido, porque los implicados no han prestado mucha colaboración durante su declaración en el cuartel de la Guardia Civil, pero sí se sabe que la mayoría de los extranjeros, de uno y otro bando, habían consumido bebidas alcohólicas y algunos estaban muy violentos. De los insultos iniciales, pasaron a las manos, y minutos después llegaron al establecimiento otros compatriotas, sumando unos doce contendientes por cada grupo. En un momento determinado, un marroquí de 28 años, cuyas siglas se corresponden con las de I.B., blandió de forma amenazante un palo de billar y se lo estrelló con violencia en la cabeza de un ecuatoriano de 37.

La víctima se desplomó conmocionada, y empezó a sangrar de forma abundante, en el suelo. La Benemérita del cuartel de Artà tuvo conocimiento de lo ocurrido y varias patrullas se desplazaron hasta el local y procedieron a la detención de I.B., y de otro marroquí, que supuestamente había participado de forma activa en la paliza. El herido de gravedad se encontraba consciente, aunque aturdido, y presentaba un corte profundo en el cráneo, por lo que fue evacuado sin demora hasta un centro hospitalario, donde confirmaron que las lesiones eran muy graves.

Los médicos le aplicaron más de 20 puntos de sutura, a fin de atajar la hemorragia, y luego le realizaron pruebas y radiografías para comprobar el alcance de las heridas y, sobre todo, determinar si había sufrido lesiones internas. Las horas siguientes a la salvaje agresión fueron seguidas con atención por los facultativos, que afortunadamente pudieron descartar que las contusiones craneales se fueran a complicar aún más.