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La vicepresidenta del Govern balear, Rosa Estaràs, reconoció ayer a la salida de la misa por Pilar Crevillent que «todavía queda mucho por hacer contra la violencia doméstica» y aseguró que acabar con los malos tratos contra las mujeres es responsabilidad «de toda la sociedad», y no sólo de las administraciones.

Estaràs declaró que «hemos empezado muy mal el año» y recordó que la víctima había presentado una denuncia contra el presunto asesino, «que luego al parecer retiró». Según la responsable del Govern, detrás de cada caso de violencia de género «subyace la idea de que la mujer es propiedad del hombre» y ese concepto, precisamente, es el que hay que intentar erradicar, añadió.

Por su parte, Rosa Puig, conselleria de Presidència, se refirió a la posibilidad de que la hija menor de Pilar, de 16, quede bajo custodia de sus tías, extremo que confirmó el cuñado de la víctima: «Con nosotros estará muy bien, en ese sentido no tendrá ningún problema». Por lo que respecta a los dos hijos tiroteados de la fallecida, seguían ayer ingresados en Son Llàzter y Son Dureta. Su tío explicó que Jaime, de 21 años, sigue con ventilación asistida, «pero ya nos reconoce y creemos que pronto se restablecerá».

El estado de José, de 18, no es tan optimista y se sigue temiendo por su vida. En este sentido, las fuentes médicas consultadas indicaron que el menor de los hermanos permanece «estable dentro de un pronóstico de extrema gravedad» y, pese a que su estado no ha experimentado ningún empeoramiento, los médicos afirman que hasta dentro de tres días no podrá descartarse el riesgo de muerte. El muchacho permanece ingresado desde la noche del pasado jueves en la unidad de cuidados intensivos del hospital de Son Llàtzer y el viernes por la tarde fue intervenido quirúrgicamente para tapar los orificios en el bazo que le causó el disparo.