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Una segunda autopsia practicada por el reconocido médico forense de Madrid, Ramón Núñez Parras, descarta que el vecino de Sant Llorenç, Andrés Pascual Soler, muriera asesinado. Por esta muerte, ocurrida en junio del 2003, aunque el cadáver no se exhumó hasta tres meses después, un vecino de la localidad, Esteban G.S., está preso acusado de su asesinato. Esta privación de libertad se adoptó después de que los forenses de Manacor señalaran que la víctima presentaba una fractura craneal, que se había producido con un objeto contundente. El acusado fue quien encontró el cadáver de Andrés Pascual. Lo cargó en su vehículo y lo trasladó a su domicilio.

El forense de Madrid realizó una segunda autopsia y en este estudio confirma la lesión craneal que presenta la víctima. También señala que el fallecido tiene fracturadas siete costillas, pero que la lesión es longitudinal. A juicio de este médico, esta lesión se produjo por aplastamiento y no por una agresión con un objeto contundente. En este sentido, ratifica la versión del acusado, que mantuvo desde el principio que Andrés Pascual sufrió una caída del tractor y murió aplastado por este vehículo, y que él se limitó a recoger el cadáver y trasladarlo a su domicilio.