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EFE-NUEVA DELHI
El incendio registrado ayer en tres coches cama de un tren en el noroeste de la India ha conmocionado al país, mientras los responsables oficiales barajan diferentes cifras de muertos, que empiezan en un mínimo de 36, de los que al menos una tercera parte eran niños.

El presidente indio, Abdul Kalam, manifestó su «conmoción y dolor», al tiempo que manifestaba sus condolencias «y las de todo el país» a los familiares de las víctimas del nuevo accidente de ferrocarril, ocurrido en la localidad de Ladhawal, en el estado noroccidental de Punjab. También el primer ministro, Atal Bihari Vajpayee, mostró su «profundo pesar» y la esperanza de que «en el futuro no haya accidentes de tren como este», muy frecuentes en la India, que cuenta con una de las redes ferroviarias mayores del mundo, con unos 100.000 kilómetros de vías férreas.

Vajpayee dijo que ya se ha iniciado una investigación sobre el accidente, aunque no señaló posibles causas ni responsabilidades. Portavoces de la compañía de ferrocarriles han señalado que no hay indicios de sabotaje o atentado y sugerido que pudo ser a causa de un cortocircuito, de un cigarrillo sin apagar o el incendio accidental de algún líquido inflamable transportado por algún pasajero. De los fallecidos en el accidente, al menos 13 eran niños, posiblemente varios de ellos pertenecientes a una familia de mendigos.