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Los forenses de Palma están indignados con la planificación con la que se están realizando las obras de reforma del nuevo juzgado de guardia, que ha convertido en los últimos días a la clínica en un auténtico caos. El director de la clínica forense mostró su queja el pasado martes al juez decano de Palma porque los pacientes de la clínica se veían obligados a esperar sentados en un lugar inundado por una intensa nube de polvo, provocada por los trabajos que están realizando los obreros. De toda la amplia reforma que se está realizando en la planta del sótano del edificio de Vía Alemania el único lugar que no sufrirá ninguna mejora es, precisamente, la clínica forense, a pesar de que es un lugar de trabajo especializado en el que a diario pasan unas 80 personas. Los forenses pasan consulta a pacientes que, en algunos casos, acuden en silla de ruedas. En los últimos días los pacientes han esperado a que les reciba el médico sentados en bancos repletos de suciedad y respirando un ambiente cubierto por un espeso polvo blanco. La única medida que se ha adoptado para evitar que el polvo entre en la clínica es colocar un plástico que tapa la puerta del pasillo.