Los dos médicos que dieron ayer la rueda de prensa en Madrid. Foto: EFE.

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JAVIER JIMÉNEZ-EFE
Dos de los médicos detenidos por la Guardia Civil en relación con la red de distribución de dos fármacos ilegales denunciaron ayer en Madrid «el linchamiento público» del que se creen objeto y el «daño irreparable» causado a su imagen con una trama que calificaron de «falsa». Desde Palma, el doctor Pedro Subirana, otro de los acusados, ha suscrito las palabras de sus compañeros.

El médico palmesano insistió ayer en los beneficios del Bio-Bac y aseguró que no recomendará al único paciente que trata en la actualidad con ese producto que deje el tratamiento. Desde Sanitat se ha abierto un expediente para dilucidar si en la consulta de la Seguridad Social ubicada en la calle del Carmen el doctor Subirana recetó el fármaco ilegal a sus pacientes. El Colegio de Médicos, por su parte, anunció que esperará la decisión de la Justicia sobre el facultativo palmesano, aunque se abrirán diligencias informativas.

Dos de los médicos detenidos, Alberto Martí Bosch, con consulta en Pamplona, y Fermín Moriano, con consulta en Madrid, comparecieron ayer ante la prensa para defenderse de un «montaje kafkiano» y para interceder en favor del Bio-Bac, uno de los medicamentos denunciados. Ambos médicos confesaron que habían recetado ese medicamento a una docena de pacientes por sus «propiedades terapéuticas» complementarias a los tratamientos anticancerígenos que recibían.