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El pasado martes se celebró en un juzgado de lo Penal de Palma un juicio contra un vecino de Binissalem, que estaba acusada de injuriar y calumniar a varios agentes del Puesto de la Guardia Civil de la localidad. El juicio no llegó a celebrarse, porque el acusado se confesó culpable de una falta de injurias, y se comprometió a escribir una carta de disculpa, que se publicaría en un semanario. Además, como los hechos se remontan al año 1996 los agentes se mostraron conformes con este acuerdo entre el fiscal y la abogada defensora, por lo que evitaba la celebración del juicio, y además renunciaban a las indemnizaciones que se solicitaban.

El acusado, A.R.B., envió varias cartas a una publicación semanal, que se caracteriza por su línea independentista, en la que hacía unas graves acusaciones contra los agentes de la Guardia Civil. En la primera carta narraba que el día 26 de noviembre tres jóvenes empresarios que tomaban café en un bar fueron amenazados por dos individuos vestidos de paisano que «ofrecían droga a uno de ellos». Continuaba diciendo que averiguaron que los dos individuos «eran dos guardias civiles en estado etílico y según parece habían consumido cocaína (a uno le salía sangre de la nariz) e intentaban provocar un falso delito». El escrito identificaba a estos dos agentes y decía que uno de ellos era el comandante del Puesto de Binissalem.

Dos meses después el mismo acusado volvió a publicar otra carta, pero en esta ocasión ya incluía graves acusaciones a los cuatro agentes del pueblo. A uno de ellos decía que era chantajista, que conducía coches ilegales y que bebía más de la cuenta. A otro lo acusó de ser aficionado a la detenciones ilegales, mientras que de un tercer guardia dijo que bebía gratis en un bar y era aficionado a dar palizas.