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Un hombre, llamado Antonio López Lozolla, de 46 años de edad, yesero de profesión, reconoció ayer que apuñaló a un sobrino suyo, clavándole un cuchillo de cocina. El acusado, defendido por el letrado Josep Zaforteza, se enfrentaba a una petición inicial de la Fiscalía de ocho años de prisión. La víctima también ejerció la acusación particular a través del letrado José Ignacio Herrero. Antes del inicio del juicio se alcanzó un acuerdo, por el que el acusado se confesó culpable a cambio de cumplir una condena de cuatro años de prisión y de abonar una indemnización de doce mil euros a la víctima. El yesero se encuentra ingresado en la prisión de Palma.

Este intento de homicidio se cometió en la madrugada del día 6 de octubre del pasado año en una vivienda situada en la confluencia de las calles San Magí y Molí d'en Garleta. La discusión entre los dos protagonistas de esta historia fue por un móvil económico entre los dos familiares. El acusado se apoderó de un cuchillo de cocina que tenía una hoja de 15 centímetros y esta arma la clavó cuatro veces en el abdomen de su sobrino. Esta lesión le ocasión una grave lesión en el intestino y en la pared abdominal. El joven tardó 60 días en curar. Le han quedado como secuelas cuatro cicatrices, una de ellas de 25 centímetros.

En el momento de producirse esta pelea el acusado se encontraba bajo los efectos del alcohol, tal como reconocieron ayer los abogados de la acusación, lo que le supuso una atenuante.