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El oficial de la sala de máquinas del «Manuel Azaña», el 'ferry' que el viernes sufrió una violenta explosión que le dejó sin motores, sigue hospitalizado en estado grave, con más del treinta por ciento del cuerpo quemado. El accidente se produjo cuando la embarcación de la compañía Balearia, se dirigía de Palma a Eivissa, a la altura de Cala Figuera, en Calvià. La explosión provocó quemaduras importantes a C.C.E., de 45 años, y alcanzó a otros trabajadores de la sala de máquinas, que sufrieron lesiones leves.

El oficial fue trasladado hasta la residencia sanitaria de Son Dureta en un helicóptero del SAR y durante varias horas el buque fue remolcado hacia el puerto de Palma, adonde llegó pasadas las diez de la noche del viernes. El pasaje reconoció que había pasado miedo tras la detonación y algunos mostraron su enfado por las muchas horas que habían pasado en el mar. Ayer por la mañana, a las 8.00 horas, los pasajeros fueron embarcados de nuevo, con destino a Denia y a Eivissa.

El de ayer no es el primer incidente que protagoniza el 'ferry' «Manuel Azaña». El pasado mes de mayo esta misma embarcación colisionó contra el pesquero Aguilica II en aguas mallorquinas.