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EFE-HUESCA
En el Pirineo de Huesca se mantenía anoche la situación de alerta ante la posibilidad de nuevas tormentas como las que se registró la madrugada de ayer, que provocó la evacuación de 500 personas, la mayoría jóvenes que estaban de acampada. Desde primeras horas de ayer continuaron los trabajos, sobre todo limpiar las carreteras para permitir el acceso de vehículos a los municipios más afectados por las fuertes lluvias, que llegaron a alcanzar en algunos puntos hasta los 200 litros por metro cuadrado.

El subdelegado del Gobierno en Huesca, Angel Fernández, indicó en una rueda de prensa que en total se desalojaron a unas 500 personas en el Pirineo, en su mayor parte escolares que se encontraban de acampada, en zonas de los municipios de Ainsa y Boltaña y en el Valle de Gistaín.

Varios campamentos han sido desalojadas provisionalmente y sus ocupantes trasladados a zonas seguras, como polideportivos y otros edificios de las poblaciones cercanas, hasta que mejore la situación meteorológica. Las últimos evacuados fueron un grupo de 31 personas que se encontraban bloqueados en la zona «Cabaña de Llardaneta», en el término de Sahun, y que fueron evacuados en helicóptero a primera hora de ayer tarde. Las lluvias, que descargaron hasta 200 litros por metro cuadrado en el municipio de Boltaña, provocaron situaciones de alarma.