TW
0

El juez Carlos Izquierdo, del Juzgado de lo Penal número 4 de Palma, juzgó ayer a cuatro empresarios acusados de vender copias «piratas» de programas de videojuegos. El fiscal les acusa de un delito contra la propiedad industrial y solicita pena de un año de cárcel y multa económica.

La policía realizó un registro en tres establecimientos, dos de ellos dedicados a la venta de material informático y el otro al alquiler y venta de programas de videojuegos. Dos de los empresarios, que ayer se acusaron entre sí, reconocieron que habían realizado copias en CD de programas y juegos. La policía averiguó que en una de las tiendas se instalaba un chip especial en las consolas de juegos, para poder utilizar programas americanos y japoneses. También se vendían copias de estos juegos, a unas dos mil pesetas cada una, cuando el precio original ronda las ocho mil. En la tienda se intervino, además de un ordenador, una copiadora de CD.

Uno de los dueños de la tienda acusó a su socio y dijo que era él quien realizaba las copias en su casa, y se quedaba con el dinero. Esta tienda había publicado un anuncio en la prensa ofreciendo la venta de estas copias. «Creía que no se trataba de un delito, porque casi siempre copiaba los programas que me traían los clientes».