Si la pequeña Nayara hubiera venido al mundo hace cincuenta años
las circunstancias de su nacimiento no hubieron sido noticia. Sin
embargo, casi en el año 2001, lo llamativo es que este bebé ha
nacido en una casa de las inmediaciones de Son Gotleu sin ayuda de
médicos. La parturienta no pudo llegar a tiempo a un hospital y su
madre y una vecina fueron las improvisadas 'comadronas'.
Éste ha sido, sin duda, el año de los nacimientos atípicos en
Palma. A finales del verano una mujer dio a luz a su hijo cuando su
marido, que conducía el coche hacia Son Dureta, quedó atrapado en
un atasco. Ayer Ana María Lozano Hidalgo, una joven de 27 años
empleada de un supermercado, se despertó con fuertes dolores. Hacía
cuatro días que se habían cumplido las previsiones del médico y la
muchacha, muy nerviosa, llamó por teléfono a su madre. La señora se
presentó sin demora pero madre e hija no pudieron coger un taxi:
«La cabecita de la niña ya asomaba y entre mi madre y la vecina del
segundo nos concienciamos de que iba a nacer en la casa», cuenta
Ana María.
La joven parió en su habitación con menos problemas de lo
previsto y en pocos minutos llegaron policías locales y una
ambulancia del 061. «Cuando llegaron los médicos me cortaron el
cordón umbilical y me sacaron la placenta. Luego nos llevaron, a mi
hija y a mí, a Son Dureta, para comprobar que estábamos bien»,
señala la vecina de la calle Cecilia Riera. Francisco Marín, el
padre de la criatura, se enteró del feliz desenlace en el trabajo.
La familia al completo se reunió entorno a Nayara horas después en
Son Dureta, ya más relajados y con la felicidad reflejada en sus
rostros. «Ha sido duro, pero ha valido la pena», coincidieron.
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