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J.JIMÉNEZ/J.F.M. El informe que ha realizado la Guardia Civil del muelle de Palma y la Autoridad Portuaria descarta, en principio, que el incendio que se declaró el pasado miércoles en Can Barbarà fuera intencionado.

El fuego provocó graves desperfectos a seis barcas que se encontraban amarradas en el pantalán flotante situado frente a la dársena. Los agentes realizaron una inspección ocular del lugar donde se inició el incendio y se comprobó que no aparecía ningún resto de sustancia inflamable. Los investigadores han constatado también que la puerta instalada en el pantalán no estaba forzada. A pesar de que la zona es un lugar donde se concentran los jóvenes de la «marcha» nocturna, ningún testigo vio a persona alguna merodeando por la zona donde se desarrolló este incendio.

El siniestro se declaró sobre las siete de la mañana. El fuego se extendió con rapidez entre las barcas, debido a que soplaba mucho viento y el material de las embarcaciones era muy combustible. Algunos de los propietarios afectados plantearon la posibilidad de que el incendio pudo ser intencionado, debido a que en el lugar no había ninguna instalación eléctrica y los motores estaban parados. Sin embargo, la Autoridad Portuaria y la Guardia Civil descartan esta posibilidad. Los afectados valoraron los daños ocasionados en este siniestro en unos 20 millones de pesetas. La mayoría de barcas está asegurada.