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Guillem García, jefe del Cos de Bombers, se refirió a la vigilancia que los efectivos de Palma realizan a diario en la montaña de Na Burguesa y destacó que esa presencia ha evitado que se reprodujeran pavorosos incendios como los de antaño.

García explicó que en total se han acumulado 980 horas de vigilancia en ese paraje, un auténtico 'pulmón verde' seriamente castigado por los incendios, y añadió que la acogida de los excursionistas, en general, ha sido excelente: «Incluso los extranjeros que pasean por allí y se encuentran con bomberos vigilando nos han felicitado por la iniciativa». El responsable de los bomberos desveló que en 1999 se registraron unas 200 alarmas por pequeños fuegos en la zona, pero que debido a la intensa vigilancia se pudieron atajar a tiempo y no trascendieron.

Así las cosas, también abordó el alto coste en medios humanos y técnicos que se requieren para salvaguardar la integridad de ese paraje natural. Como dato curioso, García comentó que la portada de la memoria de los bomberos de 1999 había sido ilustrada con un dibujo que dos niñas -«Almudena y Jennifer»- remitieron al Cuerpo tras el gran incendio de Galilea. En la postal se puede leer: «Gracias por salvar el bosque y el tren», lo que causó cierta confusión a los destinatarios: «Lo de salvar el bosque estaba muy claro, pero lo del tren no lo entendíamos. Al final averiguamos que unos bomberos habían sacado un tren de juguete de uno de los chalets afectados por el fuego y que esas niñas nos los agradecían con el dibujo», relató García.