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Las fuertes lluvias que han asolado el norte de Italia en los últimos días habían ocasionado ayer al menos diez muertos, una cifra no precisada de desaparecidos, el desalojo de más de 7.000 personas y cuantiosas pérdidas materiales. La situación es especialmente grave en las regiones del noroeste del Valle de Aosta, Piamonte y Liguria, lo que obligó al Consejo de Ministros a declarar el estado de emergencia en las zonas afectadas. La lluvia no da tregua en esas regiones y no es previsible que el clima mejore al menos hasta hoy, lo que ha llevado a las autoridades a realizar controles sobre presas, puentes y canalizaciones, que hasta ahora han resistido sin problemas.

En el Valle de Aosta ha habido hasta el momento siete muertos, mientras los desaparecidos son nueve y el aislamiento por la imposibilidad de comunicarse por tierra o ferrocarril ha forzado a que las ayudas lleguen de la vecina Francia. En el Piamonte los muertos han sido hasta ahora dos y en Liguria uno, aunque también en estas regiones miles de personas han tenido que abandonar sus casas por precaución y las comunicaciones también son difíciles. Los cortes de luz, de teléfono y de agua han contribuido a aumentar la penosidad de la situación para miles de personas, alojadas en albergues o escuelas. En algunos puertos los barcos no han salido a faenar debido a la altura que las olas, que el domingo arrastraron al agua a siete marineros y uno de ellos murió.