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Los 54 turistas que llegaron a Mallorca en busca de los tópicos de siempre "«sol y playa»" se encontraron en la noche del jueves con la desagradable sorpresa del derrumbe de su bloque de apartamentos y, por ende, de la pérdida de todas sus pertenencias. El sentimiento que les embargaba, sin embargo, era también de cierta tranquilidad: «Nos hemos salvado por minutos», reconocían muchos de ellos, todavía con la congoja en sus rostros.

Esa fue, sin duda, su noche más larga. El complejo Picafort Park, ubicado en la céntrica avenida de Son Bauló número 2, es un atractivo recinto turístico, formado por ocho bloques de apartamentos en torno a una exclusiva piscina. Todas las instalaciones están rodeadas de pinos y la recepción es el punto de encuentro de los clientes. Se inauguró en 1988 y desde entonces el éxito había acompañado a cada temporada estival. El jueves por la noche, sin embargo, todo cambió. El bloque E, a eso de las 20'00 horas, empezó a crujir y en medio minuto el edificio se vino abajo. La histeria cundió entre los turistas y la confusión, durante los primeros momentos, se apoderó de la situación. Nadie sabía muy bien lo que había pasado y se hablaba, incluso, de ocho desaparecidos. Con el recuento llegó la tranquilidad. «Los veraneantes rompieron a aplaudir cuando supieron que no había nadie herido», relató por la mañana una guía.

Pero las horas que siguieron fueron largas. La expectación en la calle era máxima: decenas de curiosos observaban inquietos desde el cordón policial y numerosos periodistas invadían las instalaciones, en busca de información. Los 54 turistas habían vuelto a la vida y nadie mejor que ellos lo sabía. Los 400 clientes del Picafort Park fueron recolocados en hoteles de Son Bauló y sobre la medianoche una excavadora empezó las tareas de desescombro, que se vieron interrumpidas hasta la mañana. Pocos de los inquilinos del Bloque E pudieron dormir profundamente esa noche, por muy lejos que estuvieran del complejo de Picafort Park, y todos se fueron a la cama con una idea fijada en la mente: «hemos vuelto a nacer».