El casco del catamarán «Milenium» presenta un gran boquete, que afecta a uno de sus motores. Foto: FERRAN CARBONELL.

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J.F.M./G.ALOMAR
La investigación para determinar las causas y la responsabilidad en el accidente marítimo ocurrido el pasado jueves en aguas de Mallorca sigue su curso, y participan en ella el servicio marítimo de la Guardia Civil y la Capitanía Marítima de Palma. Los investigadores están pendientes de tomar declaración a los capitanes del «Auriga» y del «Milenium» para determinar cuál de las dos embarcaciones tuvo la culpa de la colisión que se produjo a casi dos millas de la costa de Andratx.

De momento ninguna autoridad marítima quiere pronunciarse sobre quién es el responsable, si bien fuentes próximas a la investigación señalaron que las leyes marítimas, en el caso de un cruce de barcos, siempre otorgan la preferencia de paso a la embarcación que tiene menos margen de maniobra, en este caso el catamarán de la Trasmediterránea. En este sentido recordaron que esta embarcación realiza cada día el mismo trayecto, y suele utilizar siempre la misma ruta.

Como primera medida para resolver este caso ya se ha nombrado a un inspector de seguridad marítima, que tiene previsto desplazarse a Mallorca en las próximas horas y tomar declaración a los dos capitanes. Aunque no tiene capacidad para sancionar, su informe tendrá un gran peso en la futura resolución judicial.

Los investigadores han confirmado que el yate de recreo venía de Eivissa y se dirigía hacia el Port d'Andratx. Según se ha comprobado el barco, pese a que se aproximaba peligrosamente a la costa, navegaba a gran velocidad. El capitán señaló a las personas que actuaron en el rescate que había detectado la presencia del «Milenium» por el radar, pero que se vio sorprendido por la gran velocidad que llevaba, lo que evidencia que se confió más de la cuenta.

Las fuentes consultadas manifestaron que aún es pronto para determinar la cuantía económica de esta colisión, si bien afirmaron que podría rondar los 500 millones de pesetas, puesto que ambas embarcaciones sufren importantes daños. El más dañado, lógicamente, es el barco de recreo, embarcación de lujo que se alquilaba y que tiene bandera de las Bermudas. La embarcación está asegurada por una compañía británica.