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El Tribunal Supremo ha confirmado la sanción de pérdida de destino por insubordinación que el Tribunal Militar Central impuso a un guardia civil que, al reconocer a su sargento como el conductor de un vehículo que se aproximaba, le dio el alto y le pidió la documentación.

En una sentencia de la Sala de lo Militar, el Alto Tribunal califica de «arbitraria» la actuación del agente sancionado, ya que estima probado que éste «conocía perfectamente la condición de superior jerárquico». «No se trataba por tanto de un vehículo sospechoso, y aún conociendo estas circunstancias le ordenó que mostrase no sólo la documentación del vehículo, sino la suya personal», señala la sentencia.

La resolución añade que «el hecho de que estuviera investido de facultades para ejercer sus funciones no justifica el ejercicio arbitrario de las mismas, ya que su acción no es coincidente con la finalidad de las normas que le atribuían esas facultades, al ejercerlas de una forma arbitraria y desviada».