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«Por una parte pienso que mi hijo nunca se iría sin avisar, por lo que creo que está coaccionado, pero, por otra parte, también pienso que le ha pasado algo muy grave; aunque no quiero perder la esperanza». Maria Teresa Marqués lleva casi dos años viviendo exclusivamente por y para su hijo o, más en concreto, esperando noticias de él.

Miquel Àngel Valls Marqués desapareció el 5 de enero de 1998, cuando tenía 20 años. Esa tarde salió a dar una vuelta por Palma, como un día cualquiera, y dos personas -una vecina y un familiarlo vieron caminando de vuelta a casa, en la calle Pons i Gallarza. Sin embargo, nunca llegó al domicilio que compartía con sus padres, Andreu y Maria, y sus tres hermanos. A partir de ese momento comenzó un auténtico calvario para todos ellos, que aún hoy se prolonga.

«No tenemos ni idea de lo que pudo pasarle. Es algo asombroso, porque no tenía ningún problema con nosotros ni con nadie, al menos que sepamos. Es un chico introvertido, pero no se le veía preocupado», contó ayer Maria, a la que todavía le cuesta hilvanar frases cuando se refiere a su hijo. Su familia ha repartido carteles con su fotografía en Barcelona, Valencia, Madrid, Santiago e incluso Portugal, pero en todo este tiempo sólo ha recibido vagas informaciones sobre su paradero, que nunca se han podido confirmar.

Miquel Àngel estudiaba en el instituto Fray Juníper Serra y por las tarde realizaba la objeción de consciencia en Son Tugores. El día de su desaparición vestía pantalones de pana gris, zapatillas deportivas blancas, camisa a rayas, jersey marrón y una parka de color negro. Mide 1'68 centímetros y llevaba barba. Las personas que tengan algún dato sobre el paradero del joven mallorquín pueden comunicarlo a la policía en los teléfonos 091 ó 971-225200.