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El monitor deportivo que se hizo pasar por guardia civil para abusar de una mujer ha sido condenado a tres años de prisión. La sentencia, dictada por el magistrado Santiago Oliver, también obliga al acusado a indemnizar a la víctima con dos millones y medio de pesetas.

El acusado, que se encuentra en prisión, fue juzgado la pasada semana por unos hechos que ocurrieron en Artà la tarde del día 4 de enero.

El jurado declaró culpable al acusado de un delito de allanamiento de morada para cometer una agresión sexual, si bien descartó en el veredicto que el autor hubiera actuado con especial perversidad contra la víctima, tal como mantenía el abogado defensor Fernando Mateas.

Tras escuchar el veredicto el fiscal Juan Carrau y la abogada Francisca Bonet, que ejerció la acusación, pidieron una condena de 7 años. El acusado reconoció que el día 4 de enero acudió a la vivienda donde vivía una mujer joven, a la que conocía, y a la que además llevaba días llamándola por teléfono. El hombre se colocó un pasamontaña en la cara y le dijo a la mujer que era guardia civil, perteneciente al Grupo Antidroga, y que le habían ordenado que registrara su vivienda. El ahora condenado entró a la fuerza en la vivienda. «En mi mente había una película de acción en la que yo era el protagonista», declaró el acusado en el juicio.

El joven, una vez dentro del piso, se colocó unos guantes de látex y simuló que registraba el piso. A continuación agarró a la mujer y comenzó a tocarle los pechos. El acusado llevaba una pistola simulada en su chaqueta y le enseñó el arma a la mujer para ordenarle que se desnudara y se tumbara sobre la alfombra. A continuación la ató con cinta aislante. La mujer estuvo atada más de una hora hasta que el acusado decidió marcharse. Según el condenado, no se planteó violar a la víctima.