Los equipos de rescate han hallado ya numerosos cadáveres flotando en el Atlántico.

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EFE - BOSTON Las autoridades de EE UU dieron ayer por muertas a las 214 personas que iban a bordo del avión Boeing 767 de Egyptair que se estrelló en la madrugada del domingo frente a las costas de Massachusetts.

«No hay informes de que haya habido supervivientes», dijo el servicio de guardacostas de EE UU en un comunicado de prensa difundido en el centro de Boston (Massachusetts).

Por su parte, Jim Hall, presidente de la Agencia Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB), afirmó en Washington que entre las personas muertas «hay docenas de estadounidenses», pero declinó conjeturar sobre las causas que pudieron causar el accidente.

El avión era un Boeing 767-300 y se estrelló en aguas cercanas a la isla de Nantuckett (Massachusetts), sin que por el momento se conozca lo que causó el siniestro.

El vuelo EA990 había partido de Los Àngeles (California) y tenía por destino El Cairo, con una escala en Nueva York. En el avión viajaban al menos 50 estadounidenses que iban de vacaciones a Egipto, 62 egipcios, 2 sudaneses, 3 sirios y un chileno, y se desconoce, aún, la nacionalidad del resto.

El FBI, por su parte, indicó que, por el momento, no hay prueba alguna que permita considerar que el accidente se haya debido a un ataque terrorista.
El presidente de EE UU, Bill Clinton, llamó por teléfono a su colega egipcio, Hosni Mubarak, para expresarle sus condolencias y ofrecer ayuda tras el accidente, según fuentes oficiales, que insistieron en que le aseguró que se van a hacer todos los esfuerzos necesarios en la búsqueda y recuperación de los restos.

El avión iba de regreso a El Cairo, de donde había salido el día anterior en ruta hacia Nueva York y Los Àngeles. En ese vuelo de ida, el Boeing aterrizó en el aeropuerto de Newark (New Jersey), a donde había sido desviado a causa de la niebla sobre el aeródromo J.F.K., en el distrito neoyorquino de Queens, donde hace habitualmente su escala.