Setecientas hectáreas de terreno calcinado es el balance
provisional del incendio forestal y de monte bajo más importante
que se ha producido este año en Mallorca y que ha afectado a los
términos municipales de Artà y Capdepera. La inmensa mayoría de la
zona calcinada (el 75%) son matojos y carrizo, y el resto arboleda.
El siniestro, del que ya se informó en la edición de ayer, se
inició la noche del pasado viernes, y el fuerte viento reinante
hizo que se propagara y extendiera con gran rapidez.
A las dos de la tarde de ayer las llamas tenían una extensión de
5 kilómetros y se continuaban propagando. Por la noche, el fuego
pudo ser visto desde Menorca. A falta de una confirmación oficial
de los técnicos, todos los datos e informaciones al respecto
señalan que se trata de un fuego intencionado en base a la hora de
su inicio (pasadas las nueve de la noche), la existencia de varios
focos y el hecho de que la zona donde comenzó fuera de muy difícil
acceso y con predominio de carrizo, lo que hace presuponer que se
quemó la misma para conseguir comida para los pastos.
Los efectivos que actuaron en la labor de extinción se vieron
obligados ayer a ordenar el desalojo de varias viviendas ante el
temor de que las llamas pudieran alcanzar estas propiedades. Por
fortuna no hubo que lamentar heridos. Los desalojos fueron
preventivos y se llevaron a cabo en ses cases den Mesquida y en
varias casetas de campo del término municipal de Capdepera. Pasadas
las ocho y media de la tarde se temía que un foco activo llegara a
la zona del campo de golf de Capdepera, por lo que no se descartaba
otro desalojo preventivo.
El fuego se inició en la finca de sa Duaia, en el término de
Cala Torta, en Artà, pero las llamas se fueron desplazando hacia
Capdepera. El fuego estuvo activo durante toda la noche del viernes
al sábado y todo el día de ayer. En las labores de extinción
participaron tres aviones canadair pilotados por militares del 43
Grupo, dos aviones autotrack, un helicóptero desplazado desde
Murcia, brigadas de Ibanat, de Tracsa, los parques de bomberos de
Llucmajor, Artà y Manacor, numerosos efectivos de la Guardia Civil,
policías locales y brigadas del Instituto Balear de la Naturaleza,
de la Conselleria, técnicos y voluntarios.
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