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El juez Antoni Garcías, titular del Juzgado de Instrucción número 7 de Palma, continúa investigando el incendio que se produjo el pasado mes de marzo en la escuela de Bahía Grande, al quemarse unas aulas prefabricadas. El magistrado inició de oficio esta investigación para determinar si se había cometido algún delito al utilizarse estas instalaciones poco apropiadas como aulas para niños pequeños.

Una de las primeras acciones que ha realizado el juez es pedir a los padres de los alumnos si se sienten perjudicados por lo ocurrido. Por ello les ha informado que tienen la posibilidad de iniciar acciones penales contra los responsable de la Conselleria d'Educació que ordenaron que se instalaran estas aulas prefabricadas. Según parece, los padres se han mostrado muy desorganizados y, de momento, no han respondido a la petición del juez. Las aulas que se quemaron estaban recubiertas por un material muy inflamable, y además carecían de las mínimas medidas de seguridad exigibles. Por fortuna, cuando se inició el incendio, que destruyó por completo la instalación, los niños se encontraban jugando en el patio y ninguno de ellos resultó herido en el incidente. En aquellos momentos en el centro había casi 200 alumnos.

El juez se ha puesto en contacto con la empresa que instaló estas aulas y le ha solicitado si cuentan con algún plan de seguridad. No se descarta, que en un futuro, también sean llamados a declarar algunos responsables de la Conselleria que autorizaron la instalación de estas aulas prefabricadas, que antes ya habían sido utilizadas en otros centros escolares como, por ejemplo, el de Felanitx.