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Amador H.R., de 28 años de edad, y Manuel G.V., de la misma edad, permanecen recluidos en los calabozos del cuartel de San Fernando acusados de atracar a un taxista cerca de Son Banya. El conductor sufrió un pinchazo con una jeringuilla hipodérmica y fue desvalijado.

La víctima hacía su recorrido nocturno cuando sobre la una y cuarto de la madrugada de ayer fue requerida por dos jóvenes, en la plaza de España. Uno de los individuos se subió en la parte delantera, junto al chófer, y otro en la trasera. Le indicaron que se dirigiera al final de la carretera de Manacor y a la altura del hostal Sorrento el taxista les pidió la dirección exacta. La pareja le ordenó que continuara y frente al restaurante de la rotonda de Can Blau el profesional, inquieto, les explicó que ya no había más viviendas.

Fue entonces cuando el sujeto del asiento trasero le colocó «algo» en la espalda, diciéndole: «Sigue hacia adelante porque tengo un cuchillo y te lo voy a clavar». Además le indicó que apagara la emisora. El otro delincuente, en ese instante, hizo el siguiente comentario a su compinche: «Pégale dos pinchazos». Acto seguido fue el mismo quién esgrimió una jeringuilla y le pinchó en el cuello. La víctima no tuvo otro remedio que dirigirse hacia el Camí de Ses Bateries, pero antes, uno de los atracadores le advirtió: «No te muevas, no te gires, no hagas ningún juego de luces con el taxi y no enciendas la luz interior».

Desde luego parece claro que tanto Amador como Manuel sabían lo que hacían y cerca del poblado gitano de Son Banya ordenaron que parara. Allí, amparados en la oscuridad y en un camino de nulo tránsito, le sustrajeron 16.000 pesetas de su camisa y el cajetín del cambio, que contenía otras 10.000 pesetas. No satisfechos con este botín se apoderaron de su tabaco y mechero y se «interesaron» por su cartera. El taxista replicó que la tenía en la guantera y uno de los atracadores la hurtó. Luego, al comprobar que no había más dinero, borró las huellas que había dejado impregnadas y la dejó allí de nuevo.