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Rafael Cobo, el hombre que mató a su mujer apuñalándola por la espalda, fue declarado ayer culpable de asesinato. El portavoz del jurado anunció que esta decisión había sido por unanimidad de los nueve miembros. El jurado ha aceptado que en este caso concurren las circunstancias atenuantes de arrepentimiento y que la situación mental del acusado estaba ligeramente mermada. También se aplica la agravante de parentesco.

Ante esta decisión del jurado el fiscal José Zaforteza solicitó una condena de 16 años de cárcel. Lo mismo solicitó la abogada Francisca Arrom, que representa la acusación popular en nombre del Lobby de Dones. El abogado defensor Tomeu Oliver, ante el veredicto de asesinato, solicitó una pena de quince años de prisión.

La víctima, Ana María Muñoz, murió el día 15 de noviembre de 1997 en su domicilio de la calle Puerto Rico, en la barriada del Polígon de Llevant. La mujer se había separado de su marido porque se sentía maltratada. Antes de los hechos había estado acogida en un centro para mujeres maltratadas. Ana María había logrado que un juez le concediera el disfrute de su vivienda, y por tanto su marido se veía obligado a abandonar el piso. En la tarde del día 15 la mujer regresó a su casa. Esperaba que su marido ya no estuviera, pero se equivocó. Ana María inició una discusión con su esposo, por motivos que nunca se han aclarado. Esta pelea se desarrolló en el cuarto de matrimonio. La acusación ha logrado demostrar que Rafael Cobo ya había planeado la pelea, porque había escondido el cuchillo bajo una almohada antes de que su mujer llegara al domicilio.

La mujer salió del cuarto con un cuchillo clavado en la espalda. Le dijo a su hija que le arrancara el arma de la espalda y a los pocos segundos cayó muerta en el suelo del pasillo. El arma le había alcanzado el corazón. Su hija intentó salir del piso y pedir ayuda. Su padre no le dejó. La mantuvo retenida varios minutos. Finalmente la menor logró salir, y su padre aprovechó este momento de ausencia para salir corriendo y entregarse ante la Guardia Civil. Esta entrega le ha supuesto una atenuante.