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Francisco Calvo Paredes, de 52 años de edad, cumplirá una condena de 21 años de cárcel por haber abusado de sus tres hijas menores. Así lo ha determinado la Audiencia de Palma, que le retira al acusado la patria potestad sobre una de sus hijas, la de menor edad.

El acusado, conductor de profesión, fue denunciado por las víctimas el pasado año. Los hechos comenzaron en 1991 cuando la mayor de su hijas contaba con doce años. La sentencia refleja que su padre le metió el dedo en la vagina cuando ella dormía y le manifestó sus deseos de mantener relaciones. La menor fue obligada a masturbar a su progenitor, mientras ella sufría tocamientos de toda clase. Si se negaba a cumplir los deseos del acusado, éste la amenazaba con pegar a su madre o con no dejarla salir de casa. Al cumplir los 16 años la víctima abandonó el domicilio familiar. Fue entonces cuando Francisco Calvo comenzó a acosar a su segunda hija, que contaba con 15 años. La menor también tuvo que masturbar al acusado y cuando se resistía, su padre la escupía, la empotraba contra la pared o le pegaba. La sentencia señala un incidente ocurrido en el mes de abril de 1997. El acusado se llevó a su hija de excursión con el autocar. Cuando estaban a solas fueron a los asientos traseros del vehículo. Allí Francisco Calvo se quitó los pantalones y obligó a su hija que se quitara los suyos. Le manifestó que mantendrían relaciones. Sin embargo el tribunal considera que no se ha demostrado que existiera penetración. Aún sí, se declara probado que el padre eyaculó sobre su hija. Esta víctima, al cumplir los 16 años, también decidió abandonar su domicilio.

La hija menor tenía 11 años cuando su padre comenzó a tocarle los pechos y la vagina. Le manifestaba que quería tener relaciones y, al igual que sus hermanas mayores, también le obligaba a masturbarle. La menor también fue golpeada y amenazada de muerte.