El pequeño, junto a su madre.

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FOTO: SEBASTIÀ AMENGUAL
«Adrián está vivo de milagro. Mi hermano lo vio caer desde la ventana y tuvo un ataque; pensó que lo encontraría muerto en el suelo. Nadie se explica la suerte que ha tenido, ni los médicos ni nosotros, pero lo fundamental es que está bien, no quiero darle más vueltas». Ana María Espinosa, la madre del niño del dos años que el martes cayó desde un segundo piso de Palma y resultó ileso, relató ayer en Son Dureta a Ultima Hora , donde el pequeño permanece ingresado en observación, los pormenores de la aparatosa caída con final feliz.

«Eran más o menos las siete y media de la tarde y Adrián se quedó dormido. Nunca le dejo solo, pero no había nadie más en la casa y tenía que bajar a comprar su medicamento para el asma y comprar en el supermercado de abajo mi casa, porque habían llegado unos familiares de la Península», recordó la madre, aún conmocionada.

Ana María bajó a la calle y en la acera se cruzó con su hija adolescente: «Le comenté que Adrián estaba solo y le dije que subiera a vigilarlo. Luego me alejé y justo cuando mi hija subía al piso fue cuando el niño cayó». El hermano de la madre vive a pocos metros del domicilio y la casualidad quiso que en aquel momento pasara por allí en coche. El hombre presenció cómo el pequeño Adrián caía desde casi 10 metros de altura. La víctima quedó encajada entre dos coches, inconsciente, y su tío apenas tuvo fuerzas para tomarlo entre sus brazos. Creía que estaba muerto, pero cuando lo cogió observó esperanzado cómo reaccionaba.

La madre manifestó que durante la noche del martes y la mañana de ayer los médicos del materno-infantil le efectuaron todo tipo de revisiones: «Por no tener no tiene ni un rasguño», apuntó la mujer, tan sorprendida como satisfecha.