TW
0

Alfredo Cordero, el dueño del perro que mató a un niño en Can Picafort, reconoció ayer ante un juez que nunca sospechó que el animal fuera capaz de atacar porque no había demostrado que fuera agresivo. El hombre fue juzgado ayer por el ataque que ocasionaron sus dos perros en el colegio público de Can Picafort, en el que dos niños resultaron lesionados. En este juicio de faltas el fiscal pide una multa de 60 mil pesetas contra el acusado. A la vista sólo acudió uno de los dos heridos, ya que el otro había retirado la denuncia tras ser indemnizado. El niño dijo que los perros entraron en el colegio por una puerta abierta y que «Copi» le atacó mientras corría. Le mordió en el trasero. Por ello, su madre recibirá 50 mil pesetas de indemnización. La mujer perdonó ayer al dueño del perro porque se había disculpado. El dueño del animal afirmó que «Copi» nunca había dado muestras de agresividad. El hombre quiso demostrar que había tomado medidas de seguridad en su casa, pero pese a ello los perros se escaparon porque en la puerta no había candado. Tras decir que creía que uno de ellos fue capaz de abrir la puerta, Cordero reconoció que nunca sospechó que los canes fueran tan inteligentes ni tan agresivos, dado que no lo habían demostrado hasta ese momento. En este sentido, el dueño negó que el dogo argentino fuera agresivo con los niños. El acusado se refirió a la raza de «Copi» y señaló que es un perro que se utiliza como lazarillo.