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JAVIER JIMÉNEZ/F.CARBONELL Muro, diez de la noche. Sesenta personas presencian una pelea de gallos ilegal, enardecidas sobre unas gradas de madera en torno a un reñidero circular. Dos gallos se picotean hasta la extenuación y, de improviso, una patrulla de la Guardia Civil irrumpe en el salvaje espectáculo.

Un portavoz de la 313 Comandancia de Palma explicó que la operación no fue fruto de un «chivatazo», sino de una investigación previa que se había iniciado al tenerse conocimiento de que en Muro se efectuaban peleas de gallos ilegales. De esta manera, sobre las diez de la noche los funcionarios, en concreto dos miembros del instituto armado, se desplazaron a un almacén y accedieron al interior, en donde se encontraron a los asistentes presenciando el «combate». El elevado número de espectadores, alrededor de sesenta, desbordó los cálculos de la Guardia Civil y los apostantes huyeron en desbandada. Los agentes trataron de contener la huida, pero se vieron desbordados. El COS (la emisora central de la Benemérita) pidió refuerzos y en pocos minutos llegaron otras tres patrullas en apoyo de sus compañeros. En el reñidero se encontraban dos gallos sin protectores en los espolones y en las inmediaciones se hallaron otros ejemplares, uno con heridas menores y otro que debía ser sacrificado.

El organizador fue plenamente identificado y parece ser que es el presidente de una asociación de gallos de pelea.