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El dogo argentino que la tarde del pasado viernes mató a un niño de cuatro años en Can Picafort, ya atacó y mordió a un hijo del propietario del can, Alfredo Cordero, en enero del pasado año. A raíz de las mordeduras el menor, que contaba entonces con catorce años de edad, tuvo que ser asistido por un médico.

Fuentes médicas han confirmado la noticia a Ultima Hora , y han asegurado que un veterinario de la conselleria de Sanitat visitó al animal, que tenía entonces nueve meses de edad, y lo puso en cuarentena. Desde la conselleria no se ha facilitado información al respecto, pero las fuentes médicas han añadido que, a raíz del ataque, un veterinario de la conselleria visitó al animal y que el caso se tramitó con los procedimientos previstos. Es decir, una vez cumplida la cuarentena el veterinario volvió a examinar al animal, certificando que no padecía ninguna enfermedad contagiosa o peligrosa.

Como ya se informó también en las páginas de este periódico del pasado domingo, corresponde a la autoridad judicial la decisión de sacrificar o no al animal. Además, como ya se ha venido informando, el can entró el pasado mes de septiembre en el colegio Voramar de Can Picafort y mordió a dos niños, uno de los cuales necesitó asistencia médica.