Julio Bastida y javier Jimenez en Crónica negra.

«He apretado demasiado el cinturón». Gregorio González Pozo, un basurero de baja de 45 años, vivía obsesionado con los celos. No podía soportar que su mujer, Josefa Rodríguez Fernández, quisiera separarse de él y que chateara con otros hombres por Internet. El maltratador, un 25 de agosto de 2005, atacó a su esposa en el dormitorio conyugal y la asfixió con su cinturón. Luego llamó a la policía y confesó el crimen. Esta es la crónica de un asesinato que conmocionó a los vecinos del Vivero, en Palma, y que se saldó con una condena de 15 años de cárcel para el homicida.

Gregorio González, obsesionado con los celos