Una madre camina junto a la valla que separa la parte transitable de la calle con las obras. | Ana Nin

Lo que está sucediendo éstas últimas semanas en la calle Más de Palma no tiene nombre. La calle está cortada por obras dónde está ubicado un colegio y una guardería. En ellas acceden diariamente niños y bebés junto al ruido y la peligrosidad de las excavadoras. Juzguen ustedes mirando la fotografía. Padres llevando a sus hijos en brazos por un estrecho pasillo junto a una gran excavadora con todo el peligro que ello conlleva. Nadie se ha pronunciado, nadie dice nada y por lo que dicen unos pocos más vale callar. El Ayuntamiento te contesta que si están allí las obras es porque tienen todos los permisos y la Conselleria d' Educació te contesta que no tenían ni idea de todo esto.

En pocas palabras y como siempre, los perjudicados siempre somos los mismos, los ciudadanos. Pues basta ya, con la salud y el bienestar de los menores no se juega y están jugando señores, están jugando. Esperemos que no ocurra ninguna desgracia en el centro porque no me gustaría imaginarme como accedería una ambulancia o un camión de bomberos. Pero eso sí, tienen todos los permisos. Vergonzoso.