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Es probable que más de una vez hayan sentido el impulso urgente, dicen que irracional, de salir por piernas de donde sea. Puede que incluso lo hayan hecho, normalmente con poco éxito, ya que como mucho al día siguiente, ya están localizados, y en el mismo sitio. Y es que salir por piernas, si bien constituye un alivio momentáneo, es cada vez más difícil. Lo que, de rebote, aumenta las ganas de salir por piernas, y además las diversifica, de modo que ya no es algo que nos suceda de tanto en tanto, en situaciones digamos apuradas, sino una sensación más suave, pero permanente. Es decir, menos perentoria, aunque muy engorrosa según pasan las semanas y el impulso no decae. No sólo no decae sino que se generaliza, y más que salir por piernas de un sitio concreto y desagradable, lo que te urge es largarte del país, y hasta del continente. Lo primero que hay que saber es que esto de irracional no tiene nada; es el colmo de la racionalidad y el sentido común, y aviso de que las cosas se están poniendo feas. Y mañana lo estarán más. Hasta un conejo atiende estos avisos, y no pierde el tiempo preguntándose hacia dónde salir por piernas. Eso no importa, y es lo primero que hay que tener en cuenta si quieren aplicar de una vez cualquier método de salir por piernas. Nada de pararse a reflexionar, ya han visto en que queda eso de reflexionar, y obedezcan el instinto, que es como se llama al pensamiento rápido. Salgan por piernas sin planes de huida (los planes fracasan), y que sea lo que Dios quiera. Una manera clásica consiste en una súbita y corta carrerita, y tras doblar dos o tres esquinas para dar esquinazo, se recupera el paso normal, ya que si sigues corriendo seguro que te perseguirán por mimetismo. Otra es disponer de un pasadizo secreto, pero claro, eso son palabras mayores. La manera más elegante de salir por piernas, aprovechando la tecnología, es avisar de que te largas a Ohio, por decir algo, cuando hace semanas que ya te largaste, y estás a buen recaudo, por ejemplo, en Manchuria. En definitiva, lo importante de salir por pierna es salir, y que las enormes dificultades que ello acarrea, y que mañana aún serán más, te pillen lo más lejos posible. De todo.