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La música de Mallorca en catalán está de moda. Una nueva generación de artistas está revolucionando la escena sonora gracias a su capacidad de unir los leitmotiv de una buena canción -el amor, la amistad o temáticas reivindicativas- con los nuevos gustos musicales, como el reguetón, el trap o la música electrónica.

Antònia Font sigue siendo el líder indiscutible, con 113.864 oyentes mensuales en Spotify. En el Top 10 de artistas le siguen actualmente Maria Jaume (71.319), Xanguito (56.551), Maria Hein (46.854), Joan Miquel Oliver (33.176), Tomeu Penya (25.934), Maria del Mar Bonet (20.608), Da Souza (15.842, ya retirados de la escena musical) y Reïna (15.018). También cosechan grandes éxitos grupos y artistas como Anegats (11.588, que han anunciado que se retirarán este 2024), O-Erra (11.364), Mar Grimalt (6.064), Miquel Serra (4.757), Plan-ET (4.064) o el grupo Pitxorines (3.558), que ha vuelto a poner de moda el cancionero popular mallorquín. Además, una de las tres integrantes de Marala (78.671) es mallorquina. Y sería injusto no mencionar a los menorquines Pèl de Gall (28.319 oyentes mensuales en Spotify), Ja t’ho diré (16.812) y Cris Juanico (7.135).

En Catalunya, después de la Nova Cançó y del rock catalán de los años 90, han despuntado grupos como Manel, els Catarres, Els Amics de les Arts, Oques Grasses o Txarango, con estilos entre la rumba, el pop y el folk. También destaca el panorama valenciano con Zoo (también se disuelven este año), La Fúmiga, Pau Alabajos… La novedad es una nueva generación de músicos jóvenes, pertenecientes a la Generación Z (nacidos entre la segunda mitad de los 90 y el 2011), que no tienen complejos: se han entregado a estilos actuales, mezclan indistintamente el catalán con el castellano y el inglés y no tienen miedo de arriesgar ni de hacer lo que quieren. La gran exponente de esta tendencia es Julieta junto a The Tyets, Figa Flawas, Mushkaa

En Mallorca, la personificación de esta corriente es Maria Jaume, que con 25 años ya ha lanzado tres discos en los que ha evolucionado del folk al pop y ahora a la música electrónica. También Maria Hein está experimentando un cambio similar. Todos estos músicos son muy amigos y se retroalimentan colaborando en sus temas. Personalmente, no soy fan del Auto-Tune, pero me parece normal y natural poder escuchar todos los estilos de música también en mi lengua.

Este boom de la música de Mallorca en catalán revive un viejo debate sobre si vale la pena dedicar recursos -públicos y privados- a una oferta que aparentemente consumirá poca gente y que tiene un retorno económico negativo o muy minso. Y la respuesta es sí: no solo porque es nuestra lengua, nuestra cultura, nuestra identidad… sino porque, además, se está demostrando que cuando se crea la oferta, aparece la demanda.