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El portavoz del PSIB en el Parlament, Iago Negueruela, bordea ya el paroxismo en su defensa de la expresidenta Francina Armengol a cuenta del ‘caso Koldo’. Ha denunciado al actual director general del IB-Salut, Javier Ureña, por prevaricación, malversación y tráfico de influencias al haber dejado caducar el plazo de reclamación a la empresa Soluciones de Gestión por la entrega de marcarillas defectuosas al Govern durante la pasada legislatura; operación en la que medió Koldo García. Hablamos de 1,2 millones de euros pagados con dinero público. Poca broma. Entiendo que la estrategia de Negueruela no es otra que despistar y ganar tiempo, ahora que el tema se reactiva con la puesta en marcha de las comisiones de investigación simultáneas en el Congreso y el Senado. No obstante, el celo socialista en llegar al fondo del asunto sería más verosímil si Negueruela explicase antes las razones por la que el Govern al que él mismo pertenecía y presidía Armengol no reclamó a los defraudadores; dato que era conocedor desde el mismo momento en que el material se retiró por inservible. Desconozco cómo acabará la denuncia del PSIB, pero tiene todas las pintas de ser una mera cortina de humo, un trampantojo judicial demasiado burdo. Pero bueno, veremos en qué acaba todo esto.

Otro que se ha cubierto de gloria es el director general de Transparència, Jaume Porsell, administrador hasta su nombramiento de un agroturismo ilegal -con los permisos de autorización todavía en trámite- en el Port d’Andratx. Sa Vinya se llama el establecimiento y a cuya inauguración asistió la actual presidenta del Govern, Marga Prohens. Con los parámetros de la política balear, el asunto no debe pasar de marejadilla -compárenlo con tema de las mascarillas-, y más si se atiende a los planes gubernamentales para la legalización de las construcciones sin permiso en suelo rústico; bastará pagar una multa y asunto resuelto. No hay mejor fórmula para incentivar las tropelías urbanísticas. En todo caso, la recaudación por estas sanciones se deberían ingresar a los vecinos afectados y que no quisieron vulnerar la ley; a ellos no se les dará la oportunidad de revalorizar sus terrenos con una casa ilegal.

Confieso que he paseado por el centro de Palma y no he sido avasallado por turistas. Es estúpido defender la llegada masiva de visitantes en un espacio limitado como son las Islas. Mirar a otro lado no resuelve el problema, pero algunas de las propuestas que se plantean tienen claros tintes xenófobos. Los abusos que se producen son consecuencia de unas administraciones ineficaces por una falta de normativa adecuada -la convivencia vecinal debe estar siempre garantizada- y de medios para hacerla cumplir. Lo fácil es culpabilizar a los hoteleros y al alquiler turístico.

Otra vara de medir

El fin de la campaña vasca ha estado marcada por la negativa del candidato de EH Bildu, Pello Otxandiano, de calificar a ETA como banda terrorista (es obvio). ¿No se pedía que ETA dejase las armas y defendiese sus ideas en las urnas? ¿Entonces? ¿Y de la ambigüedad de Vox con el franquismo, qué? En 2018 hubo 57 diputados que votaron en contra de retirar las medallas al torturador Francisco Pacheco, Billy el Niño. Casi 90 se abstuvieron. Otra vara.