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El legionario Clemente de Prada Castelló entregó su vida en uno de los combates más insólitos de la historia de Mallorca, el que le enfrentó cuerpo a cuerpo contra milicianos catalanes del POUM en las proximidades de las Cuevas del Drach. Hasta ahora sabíamos que rodó por el suelo con un enemigo antes de recibir el tiro mortal. Sin embargo, he conseguido encontrar a su sobrina y, según su testimonio, se ensañaron gravemente con él.

Clemente de Prada era de Jaca, hijo de carabinero y se integró muy joven en la Legión. Combatió en Marruecos, donde alcanzó el grado de cabo. Cuando estalló la guerra, tenía 29 años, estaba soltero y pasaba las vacaciones en casa de su hermano en Can Picafort. Enseguida se sumó a los golpistas y se integró en un cuerpo improvisado llamado Legión de Mallorca (o Tercio Jaime I) formado por unos 200 excombatientes de África. Era gente muy aguerrida que ocupaba siempre las vanguardias de los ataques. Esto provocó que durante la Batalla de Mallorca sufrieran el triple de mortandad que las demás unidades. Clemente sería uno de los 19 legionarios caídos.

Todo ocurrió el 23 de agosto de 1936. La unidad de Clemente defendía el sector de Porto Cristo entre las Cuevas del Drach y la llamada ‘Torre del Moro’, al borde del mar, cuando fue sorprendida por la espalda. Unos 100 milicianos del POUM (comunistas antiestalinistas) habían desembarcado al sur y cayeron temerariamente sobre toda la zona. Los legionarios salieron corriendo campo a través hasta crear una nueva línea de defensa. Poco después, confundidos entre la vegetación, lanzaron un contraataque con arma blanca y consiguieron rodear a los milicianos.

El capitán legionario Pérez Vengut cuenta que «el combate fue encarnizado, por todas partes se veían manchas de sangre». Sobre la muerte de Clemente, explica: «Era un valiente. Fue herido varias veces y murió como mueren los legionarios: despreciando a la muerte. Un marxista herido le disparó su pistola a un paso. Le dio en la frente y rodaron juntos por el suelo. Otro legionario le metió cinco cartuchos en el cuerpo al moribundo asesino».

Gracias al historiador Juan José Negreira, he encontrado a la sobrina de Clemente en Mallorca. Amparo de Prada da a entender que su muerte no fue tan rápida, porque «cuando encontraron el cuerpo, tenía la cara destrozada. Le habían sacado los ojos», como si hubiera sido torturado o se hubieran ensañado con su cuerpo.

Aquel día, en los alrededores de las Cuevas del Drach, murieron también el legionario Abilio Aleixo y el cabo de infantería Vicente Sánchez Ramos. Los milicianos perdieron a más hombres porque varios quedaron atrapados y fueron fusilados allí mismo. El historiador Gonzalo Berger ha contado hasta 26 caídos antifascistas. Sus cuerpos siguen todavía desaparecidos.

La Legión de Mallorca fue disuelta por orden de Franco después de la toma de Ibiza en septiembre de 1936. Curiosamente, el nombre de Clemente no aparece en la lista oficial del régimen de caídos por Dios y por España. Sin embargo, sus padres sí que recibieron una pensión de 2.160 pesetas como compensación por la pérdida.