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Los estudiantes de Balears no rinden en matemáticas, lectura y ciencias. Al menos los de 4º de ESO. Es decir que a los alumnos quinceañeros del Archipiélago ni le salen las cuentas, ni por asomo leen más allá de una frase en Tiktok y los misterios científicos no les caben en la cabeza. Peores resultados obtienen en Canarias, el otro polo de atracción turística de un país entregado a esta economía. Y en el furgón de cola los de Cataluña. Es el mapa dibujado por el informe PISA, que evalúa el rendimiento académico a nivel mundial en las tres asignaturas. La pandemia es la respuesta al descalabro dicen.

Casi nunca le he dado demasiado crédito a este tipo de estadísticas que se basan en muestras más o menos significativas con respecto al total de la población. ¿Son 1.999 alumnos de 4º de la ESO en Balears representativos de la población escolar de esta franja? Los escolares suspenden en matemáticas. Los informes aprueban pero quizá con alguna trampa.

Más allá de PISA se extiende la realidad y ésta muestra el escaso interés que buena parte de los estudiantes tienen por una disciplina fundamental, la lectura, para entender las matemáticas y las ciencias. Si no leemos va a ser difícil que soñemos y sin sueños estamos abocados a la esclavitud consentida.

Las aulas están revueltas. Hemos pasado de hacer la ola a los dispositivos móviles a arrinconarlos. De nuevo sacaremos los sacapuntas y volveremos a los cuadernos. Amo escribir con lápiz, bolígrafo, pluma y sobre papel. Recuerdo que en una ocasión Arturo Pérez Reverte me llamó la atención por no grabar la entrevista que le estaba haciendo. El académico temía que tergiversara sus palabras, y si así fuera siempre podría defenderme con una grabación en caso de litigio. Estábamos de chascarrillo. No le hice caso nunca. Mi vida profesional cabe en cientos de cuadernos.

Se está volviendo a la escritura, a la línea, a la raya, al dibujo y al mismo tiempo nos relacionamos con alguien que dice estar ahí pero quizá sea un humanoide. ¿Quién nos asegura que quien da clase no es un robot, incluso que los alumnos también lo sean? Yo me cruzo con mis vecinos y aún les reconozco. Me miro al espejo y aún creo ser yo. Volvamos a PISA.

Desde el sindicalismo de escuela se pide, además de reducir la tecnología en las clases, ponderar al docente. Profesoras, profesores del mundo uníos. Sois la clave. ¿Seguro? ¿Recuerdan la película La lengua de las mariposas, de José Luis Cuerda? En ella, el protagonista, un profesor republicano consigue despertar a un adormecido alumno, sobre todo cuando salen del aula y se sumergen en la naturaleza. La relación entre maestro y alumno es luminosa hasta que llega la negra sombra de la guerra, los franquistas se apoderan del pueblo, prenden al maestro. Para evitar la sospecha, el niño acaba tirándole piedras a su profesor. ¿Dónde quedaron las enseñanzas?