TW
3

Queda claro que existen los que niegan la violencia machista y no conceden ni un minuto de silencio por sus víctimas pero sí consumen ese minuto que, si mal no recuerdo tan son solo 60 segundos en uno y otro caso, a la hora de tramitar una medalla a un país que está cometiendo un genocidio sobre toda una población sin diferenciar niños, madres y ancianos de terroristas. Es deplorable que podamos asistir a un genocidio en directo y apoyemos tal crueldad. Alegarán que no tiene nada que ver, que se trata de condenar la masacre de Hamás en Israel obviando la agresión desmedida contra el pueblo palestino porque para sus mentes pequeñas aún existen ciudadanos de primera y de segunda. Sin embargo, hay que distinguir por encima de todo que no es Madrid la ciudad que concede esa medalla manchada de sangre, son las formaciones políticas que dirigen su Ayuntamiento. La medalla se otorga en el momento más inadecuado, cuando existen millares de manifestaciones en contra los bombardeos de Israel en todo el planeta. Se conceden medallas cuando se debería exigir a quien destruye ciudades simplemente un alto el fuego. Cuando existe una divergencia tan grande en una misma ciudad, donde miles de personas se manifestaron en contra de la guerra apoyando a la población civil palestina, resulta tremendamente provocador y canalla esta medalla. La foto para la posteridad es un cachondeo a los derechos humanos de los palestinos, un premio a la barbarie, pero que no sorprende en absoluto viniendo de quien viene, la derecha carvenícola que se preocupa únicamente de los intereses de los más fuertes. Crear un clima de crispación se le da muy bien a la ultraderecha. Colaborar en causar degradantes también se le da bien al PP pero atender a los ancianos en sus residencias es algo que no tiene lugar en su agenda diaria.