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Reitero mi felicitación –el mismo día de su elección le envié un mensaje a su teléfono móvil– a Francina Armengol por su nuevo cargo: presidenta del Congreso de los Diputados. Tercera autoridad del Estado, nada más y nada menos. Así, su nombre se incopora al escasísimo grupo de políticos de las Islas que han ostentando cargos de máxima responsabilidad estatal, como han sido Antoni Maura, Santiago Rodríguez Miranda, Abel Matutes, Jaume Matas o Félix Pons; incluso podría incluirse el nombre de Jorge Dezcallar. Un breve elenco, pero con puestos que incluyen presidentes de Gobierno, ministros, comisarios europeos y presidentes de las Cortes. Por tanto, la carrera de la expresidenta balear ha dado un importante salto cualitativo gracias a que Pedro Sánchez ha cumplido su parte del compromiso, arriesgado por otra parte, cuando llamó a Armengol para que encabezase la lista del PSOE en Balears en los pasados comicios de 23 de julio. Ya si dijo entonces en esta misma columna que el movimiento no se entendía sin una contraprestación sustanciosa en el caso de que la arriesgada jugada del líder socialista saliese bien, como así fue. El rostro risueño de Francina Armengol evitó una debacle en su circunscripción y, por tanto, ha sido recompensada. Justo.

Poner a Armengol en un cargo de tanta relevancia crea un problema añadido al PSIB-PSOE, estar en misa y repicando es imposible; incluso para una experimentada política como la farmacéutica inquera. Ser presidenta del Congreso conlleva una responsabilidad de neutralidad acentuada en los temas controvertidos, una actitud mantenida hasta ahora por la práctica totalidad de predecesores y que la mallorquina, aunque puede, debería continuar. No es una cuestión que los socialistas de Balears deban resolver con urgencia, pero sí tendrían que ir rumiando porque el tiempo pasa volando. Además, no parece probable que si la legislatura dura lo que está establecido, el regreso de Armengol a la política regional carece de interés.

De momento Marga Prohens tiene un adversario menos que combatir, aunque sólo sea de manera temporal y hasta que se recomponga el escenario político regional.

Feijóo, sin opciones

Aunque se adivinó desde la misma noche electoral, el resultado de la votación para la elección de Francina Armengol como presidenta del Congreso, 178 votos a favor, deja claro que Alberto Núñez Feijóo no tiene opciones de lograr la investidura; el mensaje de Junts está claro. Ahora, de lo que se trata es de saber cuánto es capaz de exprimir Carles Puigdemont a Pedro Sánchez y, por extensión, al Estado español para que éste conserve la Presidencia del Gobierno. ¡Abróchense los cinturones! Empieza el sainete de la España plurinacional, del respeto a la Constitución, de la altura de miras, la desinflamación del conflicto con Catalunya y la recuperada convivencia social, el respeto a las minorías, el melón vasco, el PNV y EH Bildu a la greña, el yo, mi, me, conmigo de la financiación autonómica, ... La música de ayer, de hoy y de siempre de los de siempre. La política española se italianiza a pasos agigantados. Ya me he pedido butaca. Insisto, vamos a divertirnos.