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Este año celebramos los 125 años del ciclismo en Balears, pero fue en 1913 cuando Miguel de la Vega Inclán, gobernador, disponía y aprobaba, en relación a los beneficios que reportaba a la provincia, la petición del manacorense Mesquida para organizar la primera Vuelta a Mallorca. Tras rogar a los alcaldes de la Part Forana que facilitasen el paso por las calles de los corredores, Vega Inclán ordenó a la policía que controlasen el trasiego de los carros. En la primera edición de la Vuelta a Mallorca participaron treinta corredores, algunos de ellos, como Simón Febrer o Tomeu del Molinar, iban precedidos de gran aureola. El vencedor de la prueba fue Antonio Llompart, padre del pistard Miquel Llompart. Posteriormente, los mallorquines tuvieron que esperar diecinueve años para presenciar la segunda Vuelta a Mallorca. Después la carrera se repetiría en 1934, 1935, 1939… En 1947 venció Bernardo Capó y en 1954 Francisco Alomar. Entre los incidentes más recordados, pues como en la segunda etapa de la Vuelta de 1932 al ciclista Nicolau le tiraron unos maderos con intención aviesa.

Siempre hubo ciclistas cerebrales e inteligentes pero lo de estudiar estratégicamente las carreras comportándose como deportistas modernos (con médico propio, por ejemplo) es algo que no se daba en la época heroica y comenzó a germinar en los tiempos dorados, durante la República, del ciclismo mallorquín (Flaquer, Nicolau, Pou), y con una figura de transición, nos referimos a Miguel Llompart, que enlazaría con las diversas oleadas del gran ciclismo mallorquín de la Posguerra: Guillermo Timoner, Gual, Company, Gelabert, Alomar, Karmany, Trobat (que solía cantar en el pelotón), etc. En realidad se puede decir que el iniciador del ciclismo moderno fue Miguel Llompart y su discípulo y consolidador del mismo, Guillermo Timoner.

Imagen de Miguel Llompart aconsejando a Timoner, en el velódromo de Mataró (1944).

Llompart fue pieza clave en el desarrollo del ciclismo isleño. Nació en Llucmajor en 1914, era un señorito y fue «un intelectual» de la bicicleta y no por casualidad. Su padre, Antonio, en 1925, con otros socios construyó el velódromo de Llucmajor (el tercero del pueblo tras el levantado a finales del siglo XIX, fue el denominado Monastir, más técnico incluso que el velódromo de Tirador). Antonio Llompart, además, había sido el primer vencedor de una Vuelta a Mallorca (1913). De modo que en Miguel Llompart se acrisolaron treinta años de evolución de nuestro ciclismo: la estrategia, la mecánica (los cambios) y el entrenamiento planificado. Sin duda, esos tres condimentos revolucionaron la concepción del ciclismo en Mallorca y posibilitaron no sólo que corredores con escasa fuerza pudieran intervenir con éxito en los circuitos, sino que a partir de Llompart la potencia no fuera razón suficiente para despuntar sobre todos los demás. Precisamente todo lo que acabamos de sugerir desembocó en Timoner, gracias a su inteligencia competitiva seis veces campeón del mundo de medio fondo. Este artículo lo he escrito con mi compadre Gonzalo Pampín. Este artículo es un pequeño homenaje a don Pedro Canals Morro.