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La respuesta primera, la visceral, será que la amplia mayoría de mallorquines dirá que sí. Pero vamos a ser coherentes para que nuestra respuesta sea verdaderamente sincera. Aunque si la respuesta ha sido no, está claro tu posicionamiento y acabamos el test. Si estás entre los que han contestado afirmativamente, vamos a seguir con las preguntas.

¿Estás dispuesto a pagar un precio justo para los productos de los agricultores y ganaderos mallorquines, aunque el diferencial del producto sea un 12 % más caro? ¿Quieres defender el producto local de Mallorca, de kilómetro cero, sostenible y de calidad? ¿Crees que es beneficioso para ti consumir estos productos?

¿Apoyas que el trabajo en el campo sea retribuido a los trabajadores de manera justa, fomentando políticas de igualdad, de apoyo a la formación, y de dotación de herramientas tanto económicas como materiales para llevar a cabo su desempeño?

¿Te gustaría que las empresas agrícolas mallorquinas lideren el cambio hacia una agricultura innovadora, rentable y de futuro? ¿Te gustaría que tu hijo se dedicase a la agricultura?

Si has respondido a todo que sí, estás alineado conmigo y la empresa que represento, Agromallorca, y creo que por ello fuimos reconocidos hace unos días como Pyme del Año 2023, premio concedido por la Cámara de Comercio, Banco Santander y Ultima Hora. Pero para llegar aquí, hay un largo camino de 59 años de trabajo, esfuerzo, dedicación, constancia y pasión de tres generaciones. Pero también de errores, problemas y desilusiones. El respeto y amor por nuestra tierra es lo que nos ha conducido a desarrollar una agricultura sana, productiva y basada en un método medioambientalmente sostenible; por lo que para seguir desarrollando una labor que contribuye a la vertebración territorial y a la diversificación económica de Mallorca, necesitamos de la ayuda de personas como tú.

Es labor de todos defender el producto local con hechos y no con palabras. Que en cada uno de nuestros actos cotidianos estén pautas de consumo como elegir que el producto sea mallorquín, ya que ello garantiza la supervivencia de los productores, de sus explotaciones agrarias y ganaderas. Es imprescindible la ayuda y el compromiso de todos para favorecer los productos locales en mercados, tiendas de proximidad y grupos de consumo, ya que así se conseguirá un tejido económico y social más sólido y equilibrado y a la vez un consumo más sostenible.

El apabullar con datos no creo que me corresponda, aunque desafortunadamente es la realidad la que corrobora mis palabras: falta de personal, ausencia de relevo generacional, constante incomprensión de las administraciones, incomprensible retraso de más de cuatro años en la concesión de ayudas, excesiva burocracia, demora en la autorización de permisos para la excavación de pozos, electrificación… que merma nuestra capacidad de aguante. A ello hay que añadir el cumplimiento de unas exigencias legales de ámbito ambiental, sanitario y laboral que no se exigen a terceros países que inundan nuestros mercados con productos que consumimos masivamente todos los días al ser más baratos y no exigimos su procedencia, con una clara pérdida de competitividad, en todo aquel segmento de mercado que no valore suficientemente los valores económicos, sociales, laborales, culturales y, obviamente, saludables de consumir producto local.

En Mallorca tenemos unos maravillosos productos agroalimentarios, de una calidad magnífica, que aportan una riqueza inigualable a nuestra gastronomía, y nosotros los agricultores somos parte fundamental de ello. ¿Te puedes imaginar Mallorca sin producto local, sin payeses, sin paisaje…? Pues en nuestras manos está tomar consciencia de ello y contribuir a mantener y desarrollar la economía de nuestra Comunidad.