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Hora punta en Palma. Estoy esperando delante de un paso cebra entre la plaza España y la plaza del Olivar, mirando a la izquierda después a la derecha, por los retrovisores exteriores, por el espejo retrovisor interior. Nada … ¡pues adelante! De repente, una sombra delante del capó. Doy un frenazo. Suerte que detrás no hay ningún coche y que no he atropellado al conductor del patinete. Tomo aire. ¡Madre mía!

¿Qué son? ¿Vehículos, bicicletas, carromatos o un monopatín con manillar? Nadie lo sabe pero son omnipresentes y desordenan el tráfico y, además, en la mayoría de los casos sin identificación o matrícula. Y sobre todo, los ‘conductores’ no pagan impuestos de circulación. ¿Cómo puede ser? ¡Son participantes motorizados del tráfico como también coches y motos!

Para los conductores de los patinetes eléctricos no hay leyes. Cambian de la carretera a la pista de bicis y de la misma a la acera y al revés. Por las noches pasan por las calles muy deprisa, silenciosos y oscuros como la noche, a veces sin luz y por no hablar que no llevan ni chaleco de color ‘fosforito’ ni casco.

Los usuario de estos artilugios realizan entre ellos un slalom en medio de los paseantes de las calles comerciales, como si se tratara de una disciplina deportiva pero sin disciplina.

Cada libertad tiene su límite, sobre todo cuando conlleva peligro para la gente en general, para otros usuarios de la vía pública y al fin y al cabo, también para ellos mismos.

¿Dónde está la policía para controlar el caos? Simplemente no existe. Y los fantasmas lo saben. Salen a la superficie muy rápido y desaparecen tan rápido como han llegado. Es un milagro que no pasen más accidentes.

Será necesario crear condiciones claras y especificar dónde y cómo los ‘juguetes peligrosos’ se pueden mover:
1. Carretera o carril bici, pero nada más.
2. Portar una prenda de vestuario en regla, seguro e iluminación del vehículo.
3. Una matrícula.
4. Y más control en la calle y en los cruces.
Esperamos que los mandatarios actuales se pongan las pilas para arreglar este tema explosivo.