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Las relaciones internacionales son complejas y están influenciadas por una serie de factores históricos y geográficos que dan forma a la manera en que los países interactúan entre sí. El proceso de separación entre Escocia e Inglaterra y la partición de India y Pakistán son ejemplos de cómo el legado histórico de la delimitación de fronteras puede convertirse en un obstáculo para el futuro y la necesidad de considerar cuidadosamente las consecuencias de estas decisiones geopolíticas.

Antes de abordar el tema de la delimitación de fronteras, es importante reflexionar sobre los personajes que actualmente están tomando decisiones en el Reino Unido. Sadiq Khan, el primer musulmán en gobernar una capital occidental, Rishi Sunak, el primer ‘premier’ de origen indio en un país anglicano, y Humza Yousaf, el primer musulmán de origen pakistaní que asume las riendas del Ejecutivo escocés, son ejemplos de cómo la diversidad cultural y étnica puede tener un papel importante en la política internacional.

En 2014, el Gobierno central de Londres permitió un primer plebiscito sobre si Escocia podría o no permanecer en la Unión y el 55 % de los escoceses votó a favor de seguir en el Reino Unido, principalmente porque la independencia dejaría a Escocia fuera de la Unión Europea. Sin embargo, dos años más tarde, en el referéndum sobre el Brexit, ganó el voto por el que Reino Unido saliera de la Unión Europea, lo que hizo que Escocia acabara saliendo del órgano supranacional. Esta paradoja política refleja la complejidad de la toma de decisiones políticas a nivel nacional e internacional.

Por otro lado, el legado histórico de la delimitación de fronteras por parte de los países colonizadores se refleja en la actualidad en la situación entre Inglaterra y Escocia, donde la separación ha generado un debate político relevante. La coincidencia de que los líderes políticos involucrados tengan raíces familiares en India y Pakistán, países que también fueron víctimas de fronteras artificiales creadas por el imperialismo ‘inglés’, es una ironía del destino que refleja la importancia de respetar las diferencias culturales y étnicas de los pueblos a la hora de diseñar fronteras.

La partición de India y Pakistán en 1947 es otro ejemplo del impacto de las fronteras en la política internacional. La creación de dos estados independientes y la delimitación de las fronteras se basaron en criterios religiosos, lo que generó una gran migración y una violencia generalizada. Esta decisión geopolítica tuvo graves consecuencias en la vida de millones de personas y aún hoy en día, India y Pakistán se encuentran en una situación de tensión constante.

Decía Marx que la historia se repite dos veces, una como una gran tragedia y la segunda como una miserable farsa. Las víctimas de la trágica separación de fronteras entre India y Pakistán deciden el futuro de las relaciones entre Inglaterra y Escocia. «Algunas veces, la repetición a modo de farsa puede ser más terrorífica que la tragedia original».